miércoles, 23 de mayo de 2012

ANTON GARCIA ABRIL.



Comenzó estudiando en Valencia becado por la BDT entre los años 1947-1952, siendo en ese último año cuando se trasladaría a Madrid, ciudad en la que continuaría con su formación hasta 1957. Entre los veranos  54 y el 56, realizó estudios en la academia de Chigiana de Siena.
Angelo Franceso Lavagnino (1909-1987), fragua su estilo en la melodía, la música popular, la expresividad y la calidez de lo sencillo. Como buen compositor italiano puso música a todo lo que se le puso por delante componiendo así la  primera filmografía enorme, que abarca desde el péplum y el expagueti western, hasta las películas de aventuras, ciencia ficción, y demás, de estas producciones, destacan  “Campanadas a media noche!  Y “La regenta”.
Antón García Abril comienza en el cine en el año 1959, siendo todavía  estudiante en Madrid, cuando José Mª Belloch, que se estaba rodando en Albarracín “Torrepartida”, lo recomendó a su director, Pedro Lazaga, para que compusiera la música. Algunas de las películas en las que colaboró fueron  “Las muchachas de azul” 1957, “Los tramposos” 1959, Los económicamente débiles”, “La ciudad no es para mi”, etc. Algunas de ellas tan famosas como “La fiel infantería” con la que obtiene el Premio Nacional del Sindicato de 1959, galardón que volvería a conseguir en 1968 con otra película de Lazaga “No le busques tres pies”.  Volvería a ganarlo en 1975 con “Los pájaros de Baden”, de Mario Camus. Pero Antón no solamente se dedicó a un tipo concreto de cine, pues tuvo bastante que ver también en la comedia popular, a  lo largo de la década de los 60,  puso música a diversas películas, desde “La ciudad no es para mi” a toda la filmografía de Francisco Martínez Soria con Lazaga: “¡Qué hacemos con los hijos!”, “El turismo es un gran invento”, “Abuelo made in Spain”, “El padre de la criatura”, “El abuelo tiene un plan”, “El alegre divorciado”, “Estoy hecho un chaval”, y “Vaya par de gemelos”. Pero sin duda, “Abuelo made in Spain”, una de las películas que más me han gustado hasta el momento, contiene  un tema clave y otro de resonancias jazzísticas en un trabajo musical que se pone al servicio de una comedia costumbrista.
Del Dabadismo, caben destacar las siguientes películas: “Sor Citroën” 1967 en la que se interpreta un Dabadá típico del momento; “El turismo es un gran invento” 1968; “Crimen imperfecto” 1970; “Verano del 70” 1971; “Vente a Alemania, Pepe” 1971.
Antón García Abril, llevó a cabo la composición de música para otras muchas películas, como fueron “Tierra Brutal, rodada en EEUU y dirigida por Michael Carreras, en la que se observa una gran influencia americana sobre el compositor, o “Adiós, Texas” Western en el que se observa la influencia de Ennio Morricone, dado que la música caracteriza al paisaje.
 En cuanto al cine policial, ya para  mediados de los años 60 García Abril pondrá música a dos filmes de la productora zaragozana Moncayo Films “El rostro del asesino” 1965, de Pedro Lazaga; “Culpable por un delito” 1966, del aragonés José Antonio Duce. Seguido al cine policial, y siguiendo por una línea semejante de composición, García Abril se inicia en el cine de terror hispánico, de principios de los 70 ante la posibilidad de experimentar nuevos caminos, o formas de música cinematográfica utilizando primitivos sintetizadores y medios electrónicos por los cuales destacó fuertemente. El Perro (1976), es un caso de perfecta adaptación de la banda sonora a la acción de una película, este género de aventuras, se ve plasmado de manera muy carismática por el uso de su música eléctrica, por medio de la cual trata de integrar distintos elementos y lenguajes con el fin de adecuarse a las necesidades dramáticas de cada secuencia, y del contexto social y geográfico en el que se desarrolle el relato. Por ello, la banda Sonora de El Perro alberga cuatro tipos de instrumentación, como son los elementos sinfónicos (cuerda, viento, piano), elementos de música ligera (guitarras y bajos eléctricos, baterías, bongos, gongs, etc.), electrónicos (teclados, efectos, ecos…) y “étnicos” (guitarra española y flautas andinas). Otra de las obras, El Crimen de Cuenca posee una partitura de aires neutros e inquietantes,  que sólo aparece en breves momentos del film, al comienzo y final del relato, con la representación del romance, se oye la zanfona como instrumento asociado. Se trata de una música que ensalza el tono procesal, frío y administrativo dominante en la historia, provocando un efecto un tanto especial, hasta el punto de que la música se fusiona de tal forma con la acción que termina por darle énfasis y simbolizándola. Una película muy destacada, también fue La Colmena (1982), que incluye una banda sonora de sintonía melódica tristes, dominada por un saxo con apoyo de cuarteto de cuerda que dan lugar a una melodía nostálgica  y efímera que muestra la deprimente posguerra que retrata la película. Esta producción se divide en cinco secuencias además de la apertura y cierre, en las cuales, la sintonía, aparece reflejada únicamente en momentos tensos que contienen un clima de fuerte carácter dramático. Pero sin duda, y a mi juicio el mejor proyecto de Antón García Abril fue el trabajo realizado en el film Los Santos Inocentes (1984) cuya banda sonora se compone de dos fines, que poseen una tonalidad de carácter triste y melancólico que sirve a García Abril para mostrar las penurias y la dureza de la vida que se muestra en el film. El primero, se trata de  una composición desarrollada a partir de percusiones y sonidos experimentales, asociada a la relación entre Azarías y la “milana bonita” (búho que hace compañía al Azarías, y por quien este último siente una profunda admiración) que aparece siempre cuando ambos interactúan enmarcando la escena final del ahorcamiento, en esta escena, el rabel, juega un papel importantísimo en la sintonía, pues da pie a insinuar la tragedia de esa España clasista y subdesarrollada.
En Requiem por un campesino español (1985), se  trabaja una música que incluye sonidos aragoneses y se hace patente en el momento de mayor intensidad dramática. Esta banda sonora es, junto con la de la serie “Ramón y Cajal” la más aragonesa, no solo por su inspiración en la jota, el estilo aragonés por excedencia sino por la colaboración de la rondalla “Alegría” de Alcañiz. En esta producción, podemos apreciar diferentes instrumentos como pueden ser castañuelas, el laúd, la guitarra o el guitarrico que dan un toco característico. Y para concluir con las bandas de películas, cabe destacar la  banda sonora de Monsignor Quixote que aguarda  la consecución del premio “The music Retarles Association Annual for Excelencce”, siendo elegida junto a otras de  Jhon Barry , Jhon WillIams o Maurice Jarre, para ser interpretado por la orquesta filarmónica de Londres en Albert Hall. Se trata de una adaptación de la novela homónima de Graham Thames Television.
En cuanto a las series en las que García Abril colaboró con su talento para producir diversas bandas sonoras, sobre salen las que fueron emitidas por la televisión: Durante los años 70 la TVE vive su máximo esplendor y lleva a cabo una intensa labor de producción propia, basada  en programas de talante dramático, en este tiempo, García Abril va ha encontrar una libertad creativa enorme, observará y tendrá la posibilidad de desarrollar y explotar al máximo su talento, tal y como se refleja en series de la talla de El Hombre y la tierra, cuya  sintonía permanece en la memoria y el imaginario colectivo de los españoles, con sus inolvidables percusiones y flautas , su aire exótico y su gran potencia dramática. La presentación de cada capítulo es una sucesión de pequeñas obras maestras, en la cuales la música contribuye a la humanización de los animales. La serie Fortunata y Jacinta supone todo mito, ya que se trata de una de las primeras superproducciones directas basadas en una novela de adaptada para la TV. El fenómeno Santiago Ramón y Cajal (1982), se basa en un guion del aragonés Santiago Loran, pero dirigida en este caso por José María Forqué. Se trata de una biopia, que abre el camino para otras muchas que vendrían en adelante.  La serie estructura  su melodía tomando como base un tema principal con aire aragonés, para homenajear. Anillos de Oro, alberga también un contenido dramático, que incluye guiones de Ana Diosdado y dirigida por Pedro Masó. La cabecera musical fue bastante reconocida, ya que se trata de una partitura sinfónica con un fino y delicado sentido de la melodía, que goza de adaptaciones peculiares para todos y cada uno de los capítulos.

1 comentario:

  1. Tienes bastantes imprecisiones y debes cuidar la redacción. Sea un 0'80 p.

    ResponderEliminar