viernes, 2 de diciembre de 2011

MIAU





























MARÍA GARGALLO SAURA

                                                1º BACHILLERATO



ÍNDICE:

1.   INTRODUCCIÓN Y RESUMEN DEL LIBRO.

2.   TIPOS DE SIGNOS NO VERBALES: ANÁLISIS DE EJEMPLOS (ADAPTADORES, REGULADORES, ILUSTRADORES, ETC).


3.   MIRADAS.

4.   SONRISAS.


5.   TIPOS DE VOZ.

6.   FORMAS DE VESTIR.


7.   ANÁLISIS DE LOS PERSONAJES SEGÚN LOS ELEMENTOS PARAVERBALES Y NO VERBALES ANALIZADOS (MOVIMIENTOS GESTUALES).

8.   CONCLUSIÓN Y OPINIÓN PERSONAL.








1.    Introducción y Resumen del libro:
Luisito cadalso es un niño que se siente solo, ya que en la escuela no tiene apenas amigos, a excepción de Silvestre Murillo, que es el único que le anima y le hace un poco de caso, ya que el resto se dedica burlarse de él, llamándole Miau, mote que caracteriza a toda su familia. Silvestre le dice, que los llaman los  “Miau” debido a que su abuela y sus tías poseen unas facciones un tanto similares a las de un felino. Todo el mundo, las conoce por este pseudónimo, y siempre que asisten a la ópera son reconocidas como tales, pero además, los mayores, que son los que les sacaron el mote, se lo asignaron porque eran consideradas unas mujeres muy relamidas, su conducta ante los demás era un tanto altiva, trataban de mostrarse superiores cuando realmente no tenían apenas para comer a causa de la cesantía de la figura más representativa de la familia, Ramón Villaamil, abuelo de Luisito, un anciano cesante, que estuvo trabajando en hacienda, y que a tan solo dos meses de su jubilación permanece en paro y necesita conseguir un trabajo para poder cobrar la pensión que tanto merece. La familia Villaamil, sobrevive a duras penas con el poco dinero que van recibiendo, y se alimenta con la esperanza de que un buen día alguno de los ministros recolocará a Ramón de nuevo en la administración. Ramón, está desesperado por volver a trabajar y continuamente se haya escribiendo cartas y más cartas a sus amigos y conocidos de la hacienda,  pidiéndoles que le ayuden a conseguir trabajo, tratando de influir en las decisiones del ministro. Estas cartas, en un principio, las hace llegar a su destinatario mediante su nieto Luisito. Un buen día, cuando el niño se dirigía a entregar una de las cartas, tuvo una visión en la que se le apareció Dios y le dijo que si quería que su abuelo, Don Ramón, consiguiese recuperar su empleo, debería de estudiar más en la escuela y formarse como es debido, o de lo contrario seguirían pasando penurias y momentos de angustia. En medio de toda la coyuntura, parece Víctor Cadalso, el padre de Luisito, que tras haber estado trabajado en Valencia para la administración, ahora, al igual que Villaamil ha quedado cesado y sin techo y ha decidido regresar con su familia política, los Villaamil. Víctor, se presenta en casa de Ramón asegurando que pagaría su estancia, de modo que su presencia no sería otra carga económica al contrario, incluso le podrían sacar partido, así que Ramón y Pura, su mujer, aceptan la llegada de este y le permiten que se establezca con ellos, a pesar que ninguno de los dos lo han aceptado debido a que saben que no es un hombre verdaderamente honrado, sino que es bastante granuja.
La situación económica de la familia Villaamil, va empeorando cada día más hasta llegado un punto en el que se llegan a plantear vender muebles caros del salón de visitas, pero Pura, Milagros (hermana de Pura), y Abelarda, ( hija de Ramón y Pura), intentan convencer a Ramón de que no lo haga tratando de hacerle ver que no es necesario, para evitar así que las visitas sospechen de su mala racha económica, prefieren pasar hambre antes de que lo demás se percaten de su precaria situación, y por ello es que tratan de mantener su estatus social asistiendo a la Ópera, a la cual asisten todos los días gracias a las contribuciones de dinero que aporta Ponce, el novio de Abelarda. Esta, mantiene su noviazgo con Ponce debido a que la  posición económica del joven es bastante buena, y además la herencia que le va a dejar el  tío de este va a afianzar su supervivencia y les va a permitir seguir llevar un nivel de vida excelente, sin necesidad de aparentar lo que ahora no tienen.
Víctor Cadalso, trata de hacer que Abelarda se enamore de él, y deje a Ponce, por simple diversión debido a la debilidad que tiene por las mujeres, aunque realmente la conquista de Abelarda no le supone ninguna satisfacción sino que lo hace solo por entretenimiento, y es por ello que cuando Abelarda cae locamente enamorada y trata de acercársele este la evita dándole largas, le dice que no haciendo que esta no se sienta traicionada y mostrándose a sí mismo como una víctima que lo único que pretende es que ella sea feliz. Continúa el endeudamiento de los Villaamil, que cada vez comienza a adquirir un mayor grado de importancia ya que la situación empeora a gran escala, Ramón es cada vez mayor, y en estas Víctor consigue de nuevo el trabajo, mientras que Ramón, cuando va al ministerio a pedir trabajo y presenta la propuesta del income tax, únicamente obtiene burlas, y la indiferencia de todos los que él consideraba compañeros. Ramón se da cuenta de que ya es muy difícil que le concedan un trabajo, así que decide ir a la administración para cantar las cuarenta todos los que allí trabajan y  así expresar toda la rabia que tiene contenida.
Víctor es tratado con dureza, todos se ponen en su contra debido a que han ido descubriendo el tipo de persona que realmente es y por ello tratan de hacerle la estancia insoportable hasta que llegado un punto límite Villaamil decide sacarlo de su lado. En la casa de los Villaamil las cosas no andan bien, Abelarda, está comenzando a trastornarse y en un arrebato trata de acabar con la vida del pobre Luisito, este hecho, unido a que los Villaamil han decidido echarlo de allí, provoca que Víctor coja a su hijo y se lo lleve con su hermana, que está ansiosa por poder criar a su sobrinito, pero además no solo lo lleva con ella por el trato recibido sino porque la deuda que tiene con ella hace que se vea obligado a no negar.se al deseo de Quintina (su hermana).El niño en un principio no se quiere marchar y acuerdan con don Ramón que lo llevará cuando se calme un poco así que llegada la tarde, lo acompaña hasta su nueva casa, y de camino trata de hacerle ver al niño que vivir con Quintina va a ser lo mejor para él puesto que le va a proporcionar la atención y el cariño que tanto se merece, y casi llegando a casa de Quintina, Luisito le cuenta a su abuelo una visión que anteriormente había tenido en una de sus visitas al ministerio en la que Dios se le había vuelto a aparecer para decirle que su abuelo no conseguiría el trabajo nunca. Entonces, Villaamil, frustrado por no conseguir el ansiado trabajo unido a la gran verdad que su nieto le ha dicho, aunque haya sido contada por una visión, hace que Villaamil reflexione y se dé cuenta de que jamás va a conseguir nada así que sobrecarga con este planteamiento de la realidad su ya agravada depresión y comienza a pensar para sí todo lo el desprecio que siente hacia todos los que le rodean y hacia la corrupción que hay en España, y deprimido y sin razón para vivir se decide a suicidarse.
  1. Tipos de signos no verbales: análisis de ejemplos (Adaptadores, reguladores, ilustradores, etc.).
En esta historia se nos detalla cada gesto, cada de talle que da un significado más completo a la intención del hablante, en ella podemos observar ejemplos como son los suspiros que realiza Abelarda, cuando piensa en lo que siente por Víctor, o la ansiedad que muestra el señor Ramón Villaamil al dudar sobre el ascenso de su yerno político, se muestra afectado y acalorado porque posee una incertidumbre abrumadora producida por los rumores que corren por ahí de que el va a quedar cesante mientras que Víctor va a trabajar sin haber luchado para ello. De entre los signos no verbales, podemos destacar los ilustradores, presentes como el acaloro que demuestra Villaamil al reprocharle a Víctor que es injusto su ascenso, llamándolo incrédulo porque no merece ni que lo empleen (Pág.116), a esto Víctor responde haciendo uso de un cruel sarcasmo diciéndole que es mucho más apto que él, o los terribles y estruendosos gritos que protagoniza Pura al ver como su hija, Abelarda, pierde la cabeza y trata de acabar con la vida de Luisito. Otro de los signos que se nos presentan, son los reguladores, un claro ejemplo de estos, es cuando se deja una frase inacabada como ocurre en la página 153 en la que se dice “Con sonsonete declaratorio”, o cuando Villaamil va acelerando su discurso en la Administración, donde va gritando cada vez más y hablando más rápido y claro para que los demás se enteren de cómo son las cosas. El último de los ejemplos no verbales, es el de los adaptadores, usados también por Villaamil, son una especie de movimientos que realiza tales como la incorporación accionada con energía de la página 115 al establecer sus ideales administrativos, para dar certeza a sus palabras, otro adaptador es el que se hace dirigido a Víctor en la página 123, en donde se le persigue para convencerle de que la religión Católica posee gran importancia; Villaamil para mostrar fortaleza, orgullo y darse importancia, en varias ocasiones se “tercia la capa”, o da golpes a algún objeto como signo de fuerza y poder físico, lo mismo ocurría, a la hora de expresar su rabia, Villaamil apretaba con fuertemente los dientes y los puños como si quisiese destruirlos.
Otro adaptador, es el acercamiento de la silla que realiza Villaamil como signo de falta de amistades que lo respalden y apoyen, que le hablen y lo tranquilicen, mueve su silla como signo acercamiento para así poder sentirse adaptado con el resto de los señores a los que antes consideraba compañeros.

  1. Miradas.
En la novela podemos observar muchos tipos de miradas que realizan los personajes a consecuencia de la reacción que producen las palabras de otros personajes o por la intención con la que quieren transmitir lo que quieren decir para que los receptores capten el mensaje de un modo más concreto y directo.
Entre los múltiples ejemplos de miradas, vamos a destacar las que Víctor Cadalso dirige a Abelarda para que esta crea en él y así lograr que se quede prendada de él. Víctor la mira en todo momento fijamente a la cara para tratar así de hacer que sus palabras parezcan más sinceras y lograr que la pobre Abelarda se ruborice y se crea ciegamente sus promesas tomando muy seriamente las mentiras que Víctor le  lanzada, además al mirarla trata de provocar en ella una pasión desbocada mirándola con mucha dulzura, para que sienta que está locamente prendado de ella y pone miradas de pena para que al rechazarla esta no se sienta engañada y traicionada, sino que lo que sienta sea lástima por el sufrimiento de Víctor al no poder este  darle lo que supuestamente, a Víctor, le gustaría . Además, en los momentos centrales del cortejo, Víctor la mira fieramente como tratando de transmitir lujuria para que así Abelarda se sienta una mujer deseada y en el momento más apasionado o erótico de la conversación cambia de registro observándola con una mirada tierna para mostrar su falsa preocupación y deseos de tenerla como esposa sin ocultárselo a nadie.
Villaamil mira atónitamente al escuchar las palabras que le comunican las trampas realizadas por Víctor para entrar en la administración, con este tipo, lo que expresa Villaamil es su alucinación ante los desagravios que su yerno comete. Otra mirada muy frecuente de este personaje, es la de indignación que realiza al observar cómo se desmorona su amada Administración, es una mirada de decepción apagada y triste que trata de expresar la pena que siente al ver cómo va decayendo lo que el tanto ama.
Luisito mira de distintas maneras dependiendo de su ámbito de actuación, cuando escucha las palabras de dios mira atento y prácticamente sin parpadear porque admira mucho sus palabras mientras que cuando posturitas le insulta este llena su mirada de odio y rencor poniéndola un tanto agresiva debido a su ofuscación.
Abelarda realiza miradas compasivas al escuchar a Víctor apenado por no poder sacar a la luz sus “sentimientos”, al final de la novela muestra miradas desorbitadas debido a su trastorno psicológico.
Otras de las miradas son las que por ejemplo da Paquito a sus compañeros cuando Villaamil se pone a echar en cara la corrupción y el mal funcionamiento, estas miradas en un principio son atónitas y más tarde se convierten en pasotas en el sentido de que con ellas pretende transmitirles que Villaamil a enloquecido, mira como con despreocupación y pasotismo.
Por ejemplo, a Luisito lo miran con compasión debido a la tristeza que les produce no poder ayudar a la familia Villaamil, esta mirada se repite mucho a lo largo de toda la historia debido a las numerosas veces que Luisito espera anhelante a que le den la carta que salvará a su abuelo. En Miau, existen miradas  que indican superioridad, es el caso de Milagros, Pura y Abelarda que cuando asisten al teatro mantienen una mirada altiva, fija, y de excesiva grandeza, a lo que muchas mujeres contestan con miradas de desprecio como signo representativo de las críticas que les hacen a sus espaldas.

  1. Sonrisas:
A lo largo de toda la historia, los personajes muestran diferentes formas de acompañar sus sensaciones, o las ideas que pretenden transmitir, para ello, hacen bastante uso de distintos tipos de sonrisas que demuestran claramente su intención. Es el caso de los trabajadores del ministerio, que ríen a carcajadas cuando Villaamil enloquece y va a la administración a decir lo que piensa, estos además, sonríen sarcásticamente sin que Villaamil se dé cuenta para darle la razón pero en el fondo lo toman por chiflado. La sonrisa de Luisito, se engrandece cuando lo animan a seguir siendo curita, el niño se siente alagado y sonríe de manera exagerada en el sentido de que se alegra notablemente pone una sonrisa de oreja a oreja.
En toda la novela podemos observar las sonrisas y cortejos que realiza Víctor Cadalso para insinuársele a Abelarda, este trata de mostrarse tierno mediante una tímida sonrisa que cause un efecto en la muchacha. Seguidamente, esta sonrisa al desaparecer Abelarda de escena cambia por completo y pasa a ser sarcástica, cambia de plano y pasa a dejar de ser una sonrisa en sí.
Unas sonrisas muy comunes son las que se observan cuando se reúnen con el resto de la sociedad en el teatro, al saludarse se saludan irónicamente, poniendo una falsa sonrisa que es un signo de pura cortesía que realizan sin sentir la voluntad de hacerlo porque sí.

5.    Tipos de voz.
Al igual que el resto de signos analizados sobre las formas de expresión de sentimientos, las voces que se nos describen en la novela, son elementos cruciales para comprenderla mejor. En muchas ocasiones la intención del personaje se ve recalcada con la descripción de la entonación que muestra este. En las discusiones entre Villaamil y Víctor se pueden observar diferentes modos de entonación como es el caso de la página 114 en la que Villaamil responde muy contrariado “¿Optimista yo?”, como para darle también ironía a las conversaciones que para él tienen cada vez menos sentido ya que se da cuenta que no le sirve de nada hablar con Víctor con Seriedad porque este es un farsante. Al recibir las noticias de las trapujas de Víctor que van saliendo a la luz en el transcurso de la historia Villaamil nos muestra distintos tipos de voz, ensalza sus palabras con pesimismo, cuando ve lo injusta que es la sociedad con él, mientras que a otros la vida les sonríe, o el tono exclamativo y las voces en tono alzado directo y conciso, con rabia que realiza al escuchar atónito de los medios de los que su yerno se vale para lograr trepar a los altos cargos de la administración. En la página 318, Villaamil pronuncia sus palabras desaforadamente casi pareciendo un loco, aquí es cuando ya comienza a hacer mella su locura, habla solo y muestra en el diálogo que mantiene consigo mismo múltiples tipos de voz que van cambiando según el tema sobre el que va reflexionando, cuando recuerda su vida junto a Luisa muestra una voz de agonía y pesadez, de cansancio y amargura, mientras que al hablar de su hija Luisa y de su nieto su voz se transforma, adopta una entonación alegre y de orgullo.
Un tipo de voz muy significativo, es el que realiza Abelarda cuando trata de justificarse por haber intentado asesinar a su sobrino, esta trata de explicar el porqué de su acto mediante una voz descompuesta como signo de agobio, como haciéndose la mártir , la víctima de una situación que la oprime.

6.    Análisis de los personajes según los elementos paraverbales y no verbales analizados (movimientos gestuales).
Atendiendo a los elementos paraverbales y no verbales, podemos caracterizar a los diferentes personajes de la novela.
-En el caso de Víctor, (pagina177), este trata de familiarizarse y cohesionar con su suegra pura, cuando le dice que no le gusta que Villaamil ande mal vestido, le da un suave golpecito en el hombro, como muestra de simpatía y Pura, tratando de mantener la compostura le sigue la corriente dejando su mano sobre la de su yerno que está colocada sobre su hombro, es decir una encima de otra.
-Villaamil, realiza infinidad de movimientos gestuales, en sus discursos realiza diferentes movimientos con las manos para dar consistencia a sus ideales, es el caso de la página 297, en donde golpea los dedos índice uno contra otro,
-Urbanito, es uno de los cesantes que mueve sus manos hacia el bolsillo para dar un suave golpecito para demostrar que ha conseguido su paga, página 315. Es otro de los personajes que espera anhelante su empleo y que posiblemente no lo consiga nunca.
-Quintina, tía de Luisito, es una mujer que no tiene hijos y ve en su sobrino al niño que nunca tuvo por eso siempre realiza movimientos eufóricos al ver al niño, lo zarandea y le da achuchones para mostrarle su ternura y su cariño.
-Milagros, la hermana de Pura, es una mujer que en su juventud podía haber llegado a lo más alto mediante el don que poseía para el canto, que desafortunadamente se vio truncado al perder su entonación y tono de voz, al asistir a la ópera muchos esperaban a que esta hiciese su crítica, y cuando algo no le gustaba realizaba movimientos con las cejas o las manos etc., como signo de crítica hacia los actores.
-Paca, en la obra, realiza una serie de gestos amorosos hacia Luisito, como acariciarle el pelo y demás que muestran la frustración maternal que esta tiene por no haber podido tener hijos.
-Abelarda, es una mujer histérica que también posee gestos característicos a la hora de hablar con Ponce o Víctor estos varían dependiendo del personaje con el que hable, con Víctor muestra gestos insinuadores.
-Silvestre Murillo, es el hijo del sacristán de la iglesia este siempre muestra su apoyo a Luisito, al comienzo de la novela cuando se describe el porqué de “los miaus”, este le pone la mano sobre los hombre como para hacerle entender que nadie tiene derecho a tratarlo o a llamarlo de mala manera.
-Posturitas es uno de los amigos de Luisito, muere de tifus y mientras estaba en vida le hacia una serie de gestos para chincharlo con su mote de miau.
-Guillen es uno de los trabajadores que dan larga a Villaamil, este para sacarlo de las oficinas, le pone las manos en los hombros (p.316) y lo adelanta hacia la salida mientras lo va persuadiendo para que se marche.
7.    Tipos de Vestimenta.
En la obra se nos describe muy detalladamente los atuendos que traen puestos los personajes, debido a la importancia que se le prestaba a la apariencia. Las mujeres de la familia Villaamil, eran coquetas y meticulosas, al levantarse Pura aparecía ya muy arreglada, ya con una toquilla sobre la cabeza, como se describe en la página81, les encantaba desperdiciar el poco dinero que tenia y como no disponían de suficientes medios para comprarse ropa lo que hacían era comparar retales o aprovechar al máximo de los recursos de que disponían, en ocasiones cuando iban a lucir vestidos en sociedad, para no repetir traje, sombrero y demás prendas lo que hacían era adornar las viejas añadiéndoles pequeños detalles, bordándoles dibujos o demás cosas para que de cara a los demás no se viese reflejada su pobreza. Cuando marchaban a la ópera, se fijaban en las mujeres ricas, estas portaban extravagantes abrigos modernos de piel de animales carísimos y elaborados con mucha exquisitez, además de los vestidos y lujosos zapatos que llevaban para acompañar sus modelitos. En el caso de los hombres, predominaban mucho los abrigos largos, las capas y los sombreros, una buena combinación de todos estos elementos daba un aire de importancia al caballero, por ello las Villaamil trataban de que Ramón vistiese adecuadamente al asistir a la administración, para tratar de que este entrase por los ojos a los poderosos, en la página 85, Abelarda le zurce las solapadas del gabán a su padre minuciosamente, dándole al cuello una solapa de bencina. En la oficina, Villaamil, cuando ya comienza a desvariar, ve que uno de los trabajadores con cargo importante viste muy elegante con unos zapatos preciosos y piensa que si está ahí es por la imagen que da y no por el mérito y cree que si el está cesante en parte se debe a su pésimo aspecto.
La tía de Luisito, le regala un traje al niño y unas manoplitas azules muy graciosas que le dan al niño un aspecto mucho más arreglado al que normalmente muestra, al verlo Paca piensa que efectivamente con Quintina estaría mejor porque esta lo arreglaría y educaría perfectamente, el resto de los niños, cuando lo ven envidiosos se disponen a estropeárselo puesto que sus familias no les dan trajes así.
Al final de la novela, Pura ya no tiene dinero y están tan pobres que no se pueden permitir nada ni siquiera unas zapatillas que necesita puesto que las únicas que tenía se le han roto, por ello reprocha a Villaamil puesto que ahora ya no tiene con qué arrglarse, no posee medios para modificar sus vestidos.
8.    Conclusión y opinión personal.
La novela de Galdós, me ha parecido una gran obra, tanto por su contenido, como por el cuidado que ha mostrado el autor a la hora de transmitirnos los ambientes y los personajes. El tema sobre el que ha trabajado el autor creo que es muy interesante y más a día de hoy que podemos observar a muchos, cesantes que no pueden encontrar trabajo, la forma de contarnos el problema me ha resultado muy realista ya que creo que es muy semejante a la realidad, además una aspecto que me ha llamado mucho la atención, ha sido a caracterización de los personajes, me ha resultado curiosa debido a que relaciona a todos  con varios animales atendiendo a su físico, pero sobre todo me ha gustado la descripción que ha hecho de las formas de vestir, que han sido muy detalladas para lograr que nosotros los lectores nos imaginásemos el aspecto de dichas prendas, el modo de explicar los modos de sonreír o de mirar de los personajes ha remarcado la intención de las palabras que estos mencionaban en sus diálogos lo cual ha sido magnifico porque ha logrado que entendiésemos mejor el hilo de la historia. Todos estos elementos y  junto con las reflexiones que realiza Villaamil dentro de la obra ha conseguido hacerme sentir parte de la novela, me ha hecho pensar que estaba dentro de ella como si fuese un ser invisible que presenciaba todos los acontecimientos de la familia Villaamil y de los que los rodeaban.