jueves, 19 de enero de 2012

Luis Buñuel, todo un mito que partió de Teruel

Todos sabemos que muy pocos aragoneses han alcanzado relevancia en el exterior, de ellos muy pocos son los que podemos destacar, por ello es importante que conozcamos a esa escasez que se ha hecho un hueco en la historia. Luis Buñuel, es uno de ellos, que logró abrirse camino en el mundo del cine como director, nació en Calanda en febrero de 1900 y desde allí comenzó a dejar huella a través de la cámara, este cineasta, se incluye dentro del movimiento surrealista, y destaca por su fuerte y agrio carácter, además de por su discontinuidad, ya que no produjo siguiendo parámetros o modelos concretos, pero a pesar de ello podríamos decir que partió de una base, una base conocida como el movimiento surrealista. El movimiento surrealista resume una de las tendencias vanguardistas más originales del siglo XX, este movimiento fue iniciado  por el intelectual francés André Bretón  quien publicó el primer manifiesto surrealista para1924, a partir del cual se definieron algunos de sus compromisos más destacados. De entre las características de este movimiento, hay que destacar el automatismo en la creación, que evoluciona a partir de determinadas nociones del dadaísmo, un claro ejemplo de lo que se conoce como “Arte colectivo”, otro punto clave de este movimiento, es el inconsciente, que pasará a ser animador de todo tipo de nuevas creaciones, independientemente de su corrección moral o del respeto hacia una serie de normas que habían sido impuestas  por la tradición estética, aunque desde sus inicios, Bretón hizo uso de la teoría psicoanalítica desarrollada por Freud, de este filósofo, particularmente, Bretón, tomó aquello referido a la construcción psíquica que se centraba en el deseo y la sexualidad. Este movimiento, más adelante, fue sostenido por otros autores, de entre los que se ensalza el turolense Luis Buñuel. Buñuel empieza a hacerse visible poco a poco, pero hasta lograr un determinado reconocimiento, tuvo que llevar a cabo un largo trayecto, la historia, comienza con la residencia de estudiantes, en un principio, Buñuel y Dalí sacaron a la luz su cinefilia en una revista, conocida como La Gaceta Literaria que se inauguró en 1927 y terminó por desaparecer para el 1931,  donde también tuvieron gran importancia Guillermo de Torre, Benjamín Jamés, Rafael Alberti y demás jóvenes intelectuales que aportaron mucho a dicha revista. Estos jóvenes emprendedores, eran aficionados a combinar la tradición barroca española y los nuevos modelos de la vanguardia. Tras las aportaciones a la revista, Dalí y Buñuel, viajaron a París, con el firme propósito de llevar una vida que reflejase su gran peripecia artística. Más adelante, y tratando de realizar un gran avance, juntos, escribieron el guión de “Un perro Andaluz”(1929), película que fue presentada a modo de paradigma de la corriente fijada por Bretón, esta película, ideaba una coyuntura onírica y perversa, carecía de criterios que fijasen su estructura, pero a pesar de lo dicho, y desde otro punto de vista más amplio, “Un perro andaluz” podría decirse que mezcla tanto el humor como la provocación moral, y además, relaciona íntimamente la sexualidad humana con la profunda decadencia biológica que finalmente conduce a la irrevocable muerte. A pesar del característico estilo que ambos creaban, en sus obras, podían verse trazas del método psicoanalítico ya que tomaron la regla de la libre asociación, que en este caso producía y sigue produciendo, un desasosegante desconcierto. Una vez presentada esta gran obra, Buñuel adquiere ya un cierto renombre, lo que le hizo imaginar un nuevo proyecto juntó a su amigo Dalí, titulado La Edad de Oro (1930),pero desafortunadamente, a pesar de que el resultado amplió para ellos los márgenes del universo, este proyecto supuso el distanciamiento de los dos amigos. Buñuel, por su parte hizo uso de la iglesia que lo criticaba y cuestionaba constantemente para poder promocionar mejor sus películas, y finalmente a pesar de las criticas lo logró, pues con ello no sólo las dio a conocer, sino que también fue premiado, si ya con anterioridad había logrado premios durante la etapa en la que permaneció en la residencia de estudiantes, en Madrid, Valencia y Zaragoza, junto a Lorca y Dalí, o durante  La edad de Oro, además, ahora estas ofensas a la iglesia van a darle más y más fama hasta el punto de que a finales de 1930, sea contratado como “observador” en Hollywood. 
En 1933, Buñuel, fue financiado por su gran amigo Ramón Acín, con esta ayuda llegó a filmar “Las Hurdes, tierra sin pan”, un documental de esa comarca extremeña, poco después, ya en 1934, contrajo nupcias con Jeanne Rucan, una espléndida gimnasta, que tuvo que dejar su oficio al casarse para complacer a Buñuel. Para 1935, junto a Ricardo Urgoiti, y con la ayuda de un dinero familiar, fundó la productora Fitmófono, que competía con la gran Cifesa, propiedad de los hermanos Casanova, y pionera para los años 30. Fotmófono lanzó “Don quintín el amargo”, film en la que debutó la bailarina española Carmen Amaya o “¡Centinela Alerta!”, película en la cual Buñuel pidió no aparecer en la ficha técnica por ninguna parte, entre 1936 y 1939, Buñuel, estuvo trabajando para la República en varios proyectos cinematográficos, y tras tres años dedicándose a esta, viajó a nueva York, en el 1941, se instaló en la prestigiosa ciudad, donde comenzó a  trabajar en el museo Moma como productor asociado para el área documental, supervisor y jefe de montaje de documentales referidos a la coordinación de asuntos interamericanos que dirigía Nelson Rockefeller, transcurridos dos años, Buñuel es despedido y como consecuencia se ve obligado a regresar a Hollywood, de donde también tuvo que marcharse, esta vez, a México. Ya en México, para 1946, apareció “Gran casino” o “El gran Calavera” de 1949, para 1950, Buñuel realizó la magnífica película titulada “Los olvidados” con la que obtuvo el premio a mejor director que le otorgó el festival de Cannes del 51, galardón que le supuso un reconocimiento internacional de la película y el descubrimiento y rehabilitación del cineasta por parte de la sociedad Mexicana, tras este nuevo triunfo, Buñuel, alterna películas comerciales con personales como “Él” o “Ensayo de un Crimen”(1955). De entre los personajes, destaca “Nazarín” (1958) . “Viridiana” presentada al ya citado concurso en el año 1961, premiada con la palma de oro, pero esta película, no pudo ser publicada hasta la defunción del dictador en el 1977. En 1962 salió a la luz “El Ángel Exterminador” una importantísima película personal.
Buñuel obtuvo un rayo de luz en México, pero terminó por volver a Francia,  para el año 1963, rodó “Diario de una Camarera”, que fue una mera adaptación de octubre Mirbeau, con ello, comenzó a cooperar con el productor Serge Silverman y el guionista Jean Claude Carriere. En 1964, “Simón del desierto”, no pudo ser proyectada por escasez de presupuesto, pero eso no impidió que lograse obtener el León de Platta de la muestra de Venecia en el año 1965. Un año después, en 1966, Buñuel logró que “Belle de Jar” se estrenase, y con ello obtuvo en 1977 el León de Oro en la aclamada muestra de Venecia.
Para 1970, llegó “Tristana” y ya en 1972 fue mostrada la película “El encanto de la burguesía”, ganadora del primer Oscar; otras de las películas importantes, son “La Vía Láctea” que data de 1968 y “El fantasma de la libertad (1974). En 1977 llegó su última película “Este Oscuro objeto de deseo” que recibió el premio especial del festival de cine de San Sebastián. Finalmente, Buñuel falleció en México en 1983.

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